SANCIONA CON FUERZA DE
LEY
Artículo 1.- Créase el Programa de Revalorización Histórico –Cultural y de Promoción Turística para aquellas localidades cuya población no supere los dos mil habitantes en el ámbito de la Provincia de Córdoba.-
Artículo 2.- El Programa tiene por objeto la realización de acciones y medidas tendientes a revalorizar y puesta en valor de aspectos históricos, culturales y turísticos, con la finalidad de generar alternativas de crecimiento sustentable y sostenido.
Artículo 3: La autoridad de aplicación de la presente Ley, es el Ministerio de Gobierno o el que en el futuro lo reemplace, quien actuará coordinadamente con las áreas establecidas en el artículo 4 de la presente Ley, a los fines de llevar adelante los objetivos propuestos.
Artículo 4.- La presente Ley tendrá como órganos de elaboración
y ejecución del programa a los Ministerios de Educación y de Obras
y Servicios Públicos; la Agencia Córdoba Turismo, y la
Junta Provincial de Historia de la Provincia. Los Municipios de la
Región podrán convenir su participación y/o adhesión a la presente
Ley.
Artículo 5.- A los fines de implementar los objetivos propuestos en el Artículo 2, créase una Comisión integrada con representantes de los organismos que se mencionan, y de un representante elegido por cada una de las Comunidades Regionales creadas por Ley 9206, la que actuará bajo la coordinación de la Autoridad de Aplicación.-
Articulo 6.- La Comisión Revalorización de Pueblos tendrá entre sus funciones:
a- Confeccionar un libro, acompañado de un DVD, que registre a manera de crónica la situación patrimonial de los pueblos en desaparición de la región y tradiciones, costumbres, anécdotas y hechos célebres, rostros y situaciones que, de otra manera, corren el riesgo de perderse en el tiempo;
b- Fomentar la distribución del material en establecimientos educativos, bibliotecas, medios masivos de comunicación, entidades sin fines de lucro, empresas, instituciones filantrópicas y entes turísticos;
c- Implementar los Circuitos Regionales de Integración, con medidas y acciones que garanticen la puesta en valor de las localidades detectadas en el artículo 1 de la presente Ley, y su integración,
d- Relevar el patrimonio natural y arquitectónico que requiera de restauración, proponiendo plan para llevar adelante;
e- Diagramar un circuito turístico- cultural que permita la integración de las localidades que forman parte del Circuito Regional de Integración;
f- Implementar aquellas estrategias participativas que integran todos los aspectos del desarrollo turístico incluyendo los recursos humanos, medioambientales y socioculturales;
g- Relevar el pasado histórico, el proceso de urbanización, caracterización geográfica del territorio y caracterización turística del mismo.-
Artículo 7.- Los resultados arribados por la Comisión serán elevados en el plazo máximo de dos años desde la entrada en vigencia de la presente Ley, a los fines de que la autoridad de aplicación instrumente y arbitre los mecanismos a los fines de la implementación de medidas conducentes a la realización de los objetivos propuestos en la presente Ley.-
Artículo 8: Los gastos que demande el cumplimiento de la
presente Ley, serán atendidos con partidas y/o reconducción de las mismas que a tal fin establezca el Poder Ejecutivo Provincial.-
Artículo 9.- De Forma.-
FUNDAMENTOS:
El presente proyecto tiene como base el trabajo titulado “Haciendo Cosas- Pueblos rurales en riesgo de desaparición”, realizado por el Sr. Marcelo Pisarro, que se adjunta como anexo.-
En la República Argentina, el 40% de los pueblos rurales está en riesgo de desaparición. Y una buena cantidad de ellos, en riesgo inmediato. Las estaciones ferroviarias no reciben un tren desde hace décadas, las fábricas cierran, los caminos se llenan de polvo, los negocios se clausuran, las casas se abandonan, los jóvenes migran para estudiar o trabajar, los viejos mueren. El pueblo desaparece. Primero del mapa, luego del territorio. Por fin, de la memoria.
Si tomamos como antecedente el Censo Nacional de 2001, así como también distintos relevamientos independientes más recientes, en Argentina existen 602 pueblos de menos de 2000 habitantes en alto riesgo de desaparición, 128 pueblos que crecieron menos de un 10% y 90 pueblos que ya desaparecieron. De esos 602 pueblos en alto riesgo de desaparecer, 80 están emplazados en la Provincia de Córdoba.-
En los últimos años han surgido variadas alternativas para paliar o revertir este problema. Proyectadas y ejecutadas por organizaciones civiles o dependencias gubernamentales, una buena parte de estos emprendimientos buscan articular el turismo especializado como una de las opciones productivas primarias de estos pueblos. Convertir estaciones de tren en centros culturales, máquinas agrícolas en piezas de museos rurales, viejas casonas de familia en alojo de bed & breakfeast. Todo esto, esperan, atraerá visitantes y reconstituirá el tejido social.
Los resultados han sido ambivalentes. En algunos casos funcionó, en muchos otros no. Sin embargo, la misma dinámica de búsqueda de financiamiento, la necesidad de aplicación de estos proyectos en otras localidades, desdibujaron los intentos fallidos y exaltaron los beneficios. El turismo especializado acabó convertido en un último manotazo de ahogado, una suerte de salvoconducto: cuando todo lo demás falle, siempre habrá turistas.
Empíricamente, no todos los pueblos presentados como destinos de turismo rural o cultural han podido acoplarse a las demandas de mercado o crear las ofertas necesarias para hacerlo. El turismo no siempre tuvo el milagroso efecto esperado. Y ese debería ser el punto de partida de cualquier proyecto.
El proyecto Haciendo cosas tiene dos etapas. La primera etapa se enmarca en un plan editorial de orientación turístico-testimonial; la segunda etapa propone las alternativas para la concreción de un programa de integración regional en base al trabajo de campo realizado en la primera etapa.
Primera etapa
Sostener que el turismo no es la única fuente de reactivación de un pueblo con alto riesgo de desaparición no implica minimizar los procesos que esta actividad es capaz de instituir o potenciar. Por lo demás, aplicar proyectos turísticos en pueblos en vías de desaparición no resulta una tarea sencilla. Se ha visto que muchas organizaciones, tras no obtener la respuesta o efecto imaginado, han manifestado que las personas de ese pueblo “no quieren progresar” o “no quieren crecer”. Pero nunca, o casi nunca, se cuestionaron las estrategias productivas propuestas.
Lo que se pasa por alto, ante todo, es el aspecto fuertemente etnocéntrico que tienen muchos de estos proyectos: buena parte del plan estratégico consiste en aplicar un nuevo modelo de organización económica, política y social ―basado en un sector de servicios y concebido en grandes centros urbanos― sobre la vida cotidiana de comunidades rurales que crecieron y se fortalecieron a la sombra de la actividad primaria: el ferrocarril, la fábrica, el campo.
Por meras razones operativas ―búsqueda de nuevos fondos, prestigio académico, reconocimiento social― se soslaya una variable importante: que el proyecto turístico que se arroja sobre un pueblo en desaparición, acaso, fracase.
Esta etapa del trabajo tiene pues dos objetivos preliminares: el primero es colaborar con los proyectos ya en marcha de difusión turística de estos pueblos relegados y, a la vez, resguardar su patrimonio cultural e histórico para las generaciones futuras; el segundo, cosechar la suficiente información para la construcción de Circuitos Regionales de Integración (CRI), novedoso sistema de interrelación regional sostenido en estrategias productivas conocidas por los pobladores, aunque mejor articuladas al poner el foco organizativo no en un pueblo sino en un circuito de pueblos interconectados.
Se propone para esta primera etapa la confección de un libro, acompañado de un DVD, que registre a manera de crónica la situación patrimonial de los pueblos en desaparición de la región. Tradiciones, costumbres, anécdotas y hechos célebres, rostros y situaciones que, de otra manera, corren el riesgo de perderse en el tiempo.
Este libro se distribuirá en establecimientos educativos, bibliotecas, medios masivos de comunicación, entidades sin fines de lucro, empresas, instituciones filantrópicas y entes turísticos. Su objetivo será, nuevamente, de doble carril: por un lado, promover estos lugares alternativos como destinos turísticos (rurales, culturales, religiosos, antropológicos, históricos, etc.), mostrar realidades desconocidas, alertar sobre el fenómeno de la desaparición de pueblos y promover el espíritu colaborativo de la comunidad; por el otro, salvaguardar la memoria, la riqueza histórica y cultural de comunidades que ―con el frío de las estadísticas en mano― puede que no sobrevivan en las próximas décadas.
El esfuerzo se pone en la reactivación productiva de estos pueblos; en caso de que los esfuerzos resulten insuficientes, o en caso de que la reactivación misma lleve a una transformación radical en el modo de vida tradicional de la comunidad, los textos e imágenes contenidos en el volumen funcionarán como reservorio patrimonial de la población.
De sus sueños y de su identidad.
Segunda etapa
La segunda etapa consiste en la constitución, tras el relevamiento patrimonial y poblacional realizado en la primera etapa, de Circuitos Regionales de Integración (CRI).
La mayor parte de los proyectos realizados en pueblos en vías de desaparición ponen su eje en el desarrollo de una única comunidad (tómese como ejemplo las recientes obras inauguradas en Chilibroste, en el Partido de Unión, bajo responsabilidad de la ONG Responde). Convierten un edificio en desuso en un centro cultural donde no faltan una biblioteca y una conexión a Internet. Cuatro o cinco pobladores se entusiasman y acceden a posar en una fotografía donde hay caballos o molinos. Los medios locales registran la hazaña.
Creemos que, aunque loables, estos esfuerzos resultan insuficientes.
El sistema que se propone, en base a informes realizados mediante un trabajo de campo metodológica y epistemológicamente controlado, por profesionales en la materia y no por voluntariado amateur, consiste en la formación de redes de comunicación intrapoblacional: en lugar de trabajar con un pueblo, se trabaja con la región, considerándola un circuito integrado.
Por ejemplo, en lugar de fomentar el desarrollo de Chilibroste, se buscará el desarrollo de un circuito que tenga como cabecera la ciudad de Villa María y considere localidades interconectadas como Alto Alegre, Noetinger, Saira, Cintra y San Antonio de Litín.
Una experiencia similar se realizó en el Departamento de Cochabamba, Bolivia. Lo notable es que allí se ajustó un sistema de intercambio poblacional que ya existía, centrado en la institución de las ferias y de un eficiente transporte económico (combis y taxis compartidos) por caminos rurales. De esa manera, se constituyó todo un circuito regional con la ciudad de Cochabamba como cabecera que reactivó pueblos casi desaparecidos y, más tarde, se convirtió en un interesante circuito turístico.
En suma, lo que se propone para esta segunda etapa es la integración comercial y simbólica de pueblos en riesgo de desaparición con poblaciones menos desfavorecidas a través de instituciones ya conocidas en la región (por ejemplo, ferias periódicas o festividades patronales). Más tarde, la reintegración a un circuito turístico que exceda los intereses regionales.
Para lograrlo, se requiere, por un lado, un conocimiento sistematizado del patrimonio de los pueblos (espacios, comercios, población, etc.) y de sus vínculos entre sí (materiales, como caminos, transporte o medios de comunicación, pero también simbólicos, como relaciones de parentesco o afinidades culturales), y por el otro, un disparador que haga revalorar la vida en el pueblo ante sus ojos y ante posibles inversores, para lo cual un volumen testimonial es una opción óptima.
De una manera y otra, el objetivo final es la reactivación no de un poblado sino de una región.
Los poblados en riesgo albergan 268.920 habitantes y representan casi el 40% de los poblados rurales del país.
Las principales causas de este fenómeno son:
• Fin de la principal actividad económica que dio vida al poblado.
• Cierre de estaciones de ferrocarril.
• Aislamiento ocasionado por el trazado de rutas pavimentadas alejadas de los antiguos caminos de tierra.
• Falta de inversión en mejoramiento de rutas existentes.
• Disminución de los montos de población de cada una de las comunidades involucradas, reflejadas en cada censo.
• Debilitamiento de su infraestructura de servicios con motivo de la reducción del pueblo.
• Falta de transporte público que permita el traslado de la población existente.
• Falta de inversión en educación formal e informal.
• Falta de fuentes de trabajo.
• Imposibilidad de acceder a información y a oportunidades de crecimiento en general.
Estas razones generan la necesidad de instrumentar políticas destinadas a reactivar no solo cultural, sino turística y económicamente a aquellas localidades en un marco de integración e inter acción, que por diferentes factores ven seriamente disminuidas sus potencialidades.
Por estos motivos y los que se darán al momento del tratamiento del presente proyecto de Ley, es que solicitamos a nuestros pares la aprobación del mismo.