ES MUCHO LO QUE PODEMOS HACER POR CÓRDOBA DESDE CÓRDOBA
La Provincia de Córdoba ha sufrido un retroceso mayúsculo durante la última década. La Córdoba pujante, progresista, solidaria, centro de atención de la cultura y anticipatoria de lo que ocurriría a la postre en toda la Nación ha desaparecido.-
Córdoba, que era el faro donde posaban su mirada el resto de las administraciones del interior, ha sido puesta de rodillas frente al Gobierno Central. Basta un solo dato para graficar la situación: del total de ingresos que tiene la Provincia, el 61,9 % proviene de la participación federal de impuestos y sólo generamos el 38,1 %. Y, para colmo de males, la estructura impositiva que representa ese último porcentaje tiene una base absolutamente regresiva, producto de una demagógica reducción del 30 % de los impuestos: entre el 77 y el 80 % de lo que se recauda corresponde a ingresos brutos, que es un impuesto arcaico, que grava a toda la cadena de producción, y que el mundo productivo cordobés ha rechazado.- El impuesto inmobiliario representa sólo entre el 9 y 10 %.- En 10 años la incidencia de ingresos brutos en los cobros propios de la Provincia creció 64 % mientras que el inmobiliario se redujo un 58 %.-
Hay que cambiar el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner para que se den soluciones de fondo a gravísimos problemas de infraestructura, producción, red vial, seguridad, inversiones, etc.-
Pero soy un convencido que Córdoba puede generar propuestas trascendentes, que modifiquen sustancialmente las condiciones imperantes en la Provincia.- Soplan nuevos vientos en el País y en la Provincia, pero es mucho lo que podemos hacer desde Córdoba.-
Diálogo, consenso, políticas de estado
La Provincia de Córdoba tiene una pésima calidad institucional. No hay diálogo, búsqueda de consensos ni generación de políticas de estado.
Se hace sólo lo que promueve el gobierno y se desdeñan las propuestas de la oposición, que no son ni siquiera escuchadas. La Legislatura Provincial es la muestra más acabada de lo que digo.
La Provincia de Córdoba ha sufrido un retroceso mayúsculo durante la última década. La Córdoba pujante, progresista, solidaria, centro de atención de la cultura y anticipatoria de lo que ocurriría a la postre en toda la Nación ha desaparecido.-
Córdoba, que era el faro donde posaban su mirada el resto de las administraciones del interior, ha sido puesta de rodillas frente al Gobierno Central. Basta un solo dato para graficar la situación: del total de ingresos que tiene la Provincia, el 61,9 % proviene de la participación federal de impuestos y sólo generamos el 38,1 %. Y, para colmo de males, la estructura impositiva que representa ese último porcentaje tiene una base absolutamente regresiva, producto de una demagógica reducción del 30 % de los impuestos: entre el 77 y el 80 % de lo que se recauda corresponde a ingresos brutos, que es un impuesto arcaico, que grava a toda la cadena de producción, y que el mundo productivo cordobés ha rechazado.- El impuesto inmobiliario representa sólo entre el 9 y 10 %.- En 10 años la incidencia de ingresos brutos en los cobros propios de la Provincia creció 64 % mientras que el inmobiliario se redujo un 58 %.-
Hay que cambiar el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner para que se den soluciones de fondo a gravísimos problemas de infraestructura, producción, red vial, seguridad, inversiones, etc.-
Pero soy un convencido que Córdoba puede generar propuestas trascendentes, que modifiquen sustancialmente las condiciones imperantes en la Provincia.- Soplan nuevos vientos en el País y en la Provincia, pero es mucho lo que podemos hacer desde Córdoba.-
Diálogo, consenso, políticas de estado
La Provincia de Córdoba tiene una pésima calidad institucional. No hay diálogo, búsqueda de consensos ni generación de políticas de estado.
Se hace sólo lo que promueve el gobierno y se desdeñan las propuestas de la oposición, que no son ni siquiera escuchadas. La Legislatura Provincial es la muestra más acabada de lo que digo.
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